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HENRY JAMES, LOS PERSONAJES DE OTRA VUELTA DE TUERCA

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OTRA VUELTA DE TUERCA
LOS PERSONAJES:

LA INSTITUTRIZ 


La protagonista es muy hermosa, inocente y decidida. 
Es la menor de varias hermanas y hermanos hijos de un pobre párroco rural.
Es una joven, nerviosa e inexperta institutriz, cuyo nombre no se menciona en toda la obra, es la persona contratada para cuidar a dos niños, sobrinos del dueño de la mansión de Bly. 
No tiene ninguna experiencia en el trabajo que se le ofrece pero se deja tentar por la cuantía del salario y por la petición de ayuda de su futuro patrón.
Queda muy impresionada por su patrón e incluso fantasea con tener una relación con él.
Cuando se enfrenta a la terrible situación en la que viven los niños, decide protegerlos a toda costa.
Entonces, a pesar de su determinación, su tranquilidad se derrumba, pierde el sueño, empieza a hablar sola...



EL DUEÑO DE LA MANSIÓN DE BLY




Elegante, alegre y algo atrevido, desenvuelto, agradable y cortés.
Es el tío y tutor de los niños, contrata a la joven institutriz y le indica que no quiere recibir noticia alguna sobre ellos y que ella debe ser capaz de resolver sola todas las situaciones que se presenten. 
Es un hombre rico, despreocupado y extravagante que es el único pariente de los dos huérfanos.
Reside en Londres en Harley Street y manda a los niños a su mansión de Bly en la campiña.
Se desentiende totalmente de sus sobrinos y traspasa su autoridad a una desconocida de la que no sabe nada.
Se muestra muy aliviado cuando ella accede a hacerse cargo de los niños totalmente.



LOS NIÑOS


Son dos hermanos, Miles y Flora, cuyos padres han muerto en la India.
Los niños nunca hablan de sus padres y no se sabe si han olvidado todo sobre ellos. No se menciona el tiempo que hace que son huérfanos. Su tío dice que son hijos de su hermano pero no se dice qué ha sido de la madre. Nadie habla de ella.
Los niños son ambos encantadores y aparentemente buenos.
Son niños idealizados que no se corresponden en general con la idea de la edad que se nos dice que tienen. Se comportan siempre de forma extraña.
Están increíblemente unidos, no discuten entre ellos y se tratan con gran gentileza.
No se sabe si son víctimas de los fantasmas de esos siniestros personajes que antes convivieron con ellos o de la actitud histérica de su nueva institutriz. No hay manera de determinar si ven o no ven a los fantasmas.

Es difícil decidir si son inocentes o crueles, si son víctimas o verdugos.

¿Están confabulados con los fantasmas y lo han estado siempre o es solo apariencia? 



MILES


Es un niño de diez años que fue expulsado del colegio por comportamiento inadecuado.
Tiene una gran belleza física y un aspecto de gran inocencia, delicadeza  y dulzura.
Muestra una gran docilidad y una inteligencia excepcional, es muy aplicado y destaca mucho en los estudios.
Parece divertirse tratando con encubierta ironía a su institutriz.



La institutriz nos dice de Miles: "Desde el primer momento en que lo vi, ...me percaté al instante de que estaba hecho con el mismo molde que su hermana, que su presencia emanaba la misma pureza, la misma dulzura, que su figura estaba aureolada con el mismo misterioso resplandor que desde el primer momento advertí en Flora." 


No obstante, hay que recordar que el niño ha sido expulsado del colegio por no se sabe qué malas acciones. 
Y más adelante se nos hablará de "la diabólica astucia del joven Miles".




FLORA

Flora tiene ocho años, es la hermana menor de Miles y aún no está en el colegio.
Es una niña rubia y tímida, muy guapa y con los ojos azules.

De Flora se nos dice: "Enseguida caí bajo el embrujo de aquella pequeña criatura…Era la niña más adorable que yo jamás había conocido..."


La institutriz sospecha que está siendo seducida y arrastrada a la muerte por el fantasma de la señorita Jessel.


LA SEÑORITA JESSEL
Es la fallecida institutriz que mantiene una amistad con Flora.
Es joven y de gran belleza y atractivo, pálida y muy alta y siempre va vestida de luto con un atuendo negro.
Psicológicamente es temible y una manipuladora ya que hace lo que quiere con los niños. 

Es malvada e infame y, tras su muerte, desea poseer a la niña.
Es una dama y, a pesar de ello, establece con Peter Quint una relación socialmente desigual que acaba mal.


PETER QUINT
Es el fallecido criado, hombre de confianza y ayuda de cámara del señor, enviado al campo por presuntos problemas de salud.

Es descrito como inteligente, agudo y malvado, impúdico, seguro de sí mismo, maleducado y depravado.
Es extraordinariamente atractivo, alto, de aspecto vigoroso y muy erguido.
Es pelirrojo, pálido y con bigote y viste elegantemente porque lleva la ropa de su señor, pero no es un caballero.
Mantuvo una relación con la anterior institutriz de los niños, Miss Jessel, en la que saltaron las barreras de rango y condición social.
Quint es encontrado muerto en la carretera del pueblo antes de la llegada de la nueva institutriz.
El criado tuvo en vida una turbia relación con Miles y parece mantenerla tras la muerte.



LA SEÑORA GROSE




Antigua doncella, es el ama de llaves de la casa.
Es una mujer sencilla de aspecto limpio y saludable.
No tiene estudios y no sabe leer.
Tras la muerte de la señorita Jessel, cuida de Flora hasta la llegada de la nueva institutriz.
Quiere mucho a la niña puesto que no tiene hijos.
En ocasiones actúa como confidente y amiga de la protagonista aunque también parece asustarse de su comportamiento.




DOUGLAS

Es el hombre que recibió el manuscrito de la institutriz y lo muestra  veinte años después de la muerte de esta.
Se había relacionado con ella en el pasado porque era la institutriz de su hermana.
Se da a entender que entonces estuvo enamorado de la institutriz a pesar de que ella era diez años mayor que él.





HENRY JAMES
Henry James, 1913 por John Singer Sargent

Como autor del relato, nos cuenta todo lo que sabe de las circunstancias que rodearon el caso.
Douglas le confía, poco antes de morir, el manuscrito de la institutriz.








Para ilustrar a los personajes de Otra vuelta de tuerca se han elegido diversas obras realizadas por el pintor John Singer Sargent.

Considerado en su época el mejor retratista de su generación, John Singer Sargent es el autor de un famoso retrato de Henry James. 



JACK CLAYTON, SUSPENSE

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ADAPTACIONES PARA LA PANTALLA DE OTRA VUELTA DE TUERCA DE HENRY JAMES

De manera directa o haciendo referencia a ella en alguno de sus aspectos existen numerosas versiones para cine, vídeo y televisión de la famosa novela gótica de Henry James Otra vuelta de tuerca.


JACK CLAYTON 

Jack Clayton es un director británico procedente del llamado Free Cinema que va a hacer un acercamiento sorprendente e inquietante a la obra de Henry James con su película The Innocents que en España recibe el nombre de Suspense.

SUSPENSE 

Aquí puedes ver los títulos de crédito de Suspense, cuyo título original es The Innocents, producida y dirigida por Jack Clayton en 1961.




 

Está considerada como una de las mejores versiones para la pantalla de Otra vuelta de tuerca de Henry James. 



Basándose en la novela de Henry James, la película reúne los ingredientes básicos del género: escenarios tétricos, personajes aislados de la sociedad, inquietantes paseos por la mansión a la luz de las velas, misterios desconocidos, risas misteriosas y sonidos inexplicables, apariciones… 




Filmada en B/N está considerada como una película "de culto" y numerosos directores han hecho referencia a ella en sus obras.




Intérpretes: Deborah Kerr (La institutriz), Michael Redgrave (el tío), Michael Stephens (Miles), Pamela Franklin (Flora), Martin Stephen (Miles), Megs Jenkins (Mrs. Grosse), Peter Wyngarde (Peter Quint) 

















OTRAS VERSIONES DE OTRA VUELTA DE TUERCA



Existen además muchas otras versiones de Otra vuelta de tuerca para cine o televisión:




The Others,capítulo de Matinee Theatre (1957)


The Turn of the Screw, capítulo de Startime (1959)


The Turn of the Screw, dirigida por John Frankenheimer (1959)


¡Suspense!, de Jack Clayton (1961)


Die Sündigen Engel, de Ludwig Cremer (1962)


Le Tour d'ecrou, de Raymond Rouleau (1974)


The Turn of the Screw, de Dan Curtis (1974)


Le Tour d'écroucapítulo de Nouvelles, (1974)

Otra vuelta de tuerca, de Dimitrio Salas (1981)


Otra vuelta de tuerca, de Eloy de la Iglesia (1985)


The Turn of the Screwcapítulo de Nigthmare Classics (1990)

The Turn of the Screw, de Rusty Lemorande (1991)


The Haunting of Helen Walker, de Tom McLoughlin (1995)


El celo, de Antoni Aloy (1999)


The Turn of the Screw, de Ben Bolt (1999)


The Turn of the Screw, de Nick Millard (2003)


Giro di vite, de Marco Serafini (2008)


The Turn of the Screw, de Tim Fywell  (2009), para la BBC.


THE HAUNTING OF HELEN WALKER


Basada en Otra vuelta de tuerca de Henry James fue dirigida en 1995 por Tom McLoughlin.
Si te apetece verla completa, aquí puedes hacerlo:







PHILIP K. DICK, ¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON OVEJAS ELÉCTRICAS?

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PHILIP K. DICK
Philip Kindred Dick fue un escritor y novelista estadounidense de ciencia ficción.

En su primera juventud, publicó regularmente historias cortas en el Club de Autores Jóvenes, una columna del Berkeley Gazette



Durante estos años su salud no fue buena, y sufrió frecuentes ataques de asma y períodos de agorafobia.

Devoraba todas las revistas de ciencia-ficción que llegaban a sus manos. 


Philip K. Dick estudió sin graduarse en la Universidad de Berkeley, donde colaboró en programas de radio y se introdujo en el mundo de la contracultura y el movimiento de la Generación Beat.

La experiencia religiosa de Philip K. Dick 

cómic de  Robert Crumb



Su trabajo como escritor sufrió las duras consecuencias de su adicción a las drogas y de sus episodios de paranoia que lo llevaron a un intento de suicidio.
Tuvo una compleja vida sentimental y cinco matrimonios.

















Philip K. Dick  con  Tessa, su quinta esposa, en los años 70


Una de las mayores virtudes de Philip K. Dick es que produjo ciencia ficción seria y de calidad al alcance  del gran público. 


Fue un escritor consistente y brillante, y de los más originales del género de la ciencia ficción.





¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON OVEJAS ELÉCTRICAS?
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? es una novela corta del género de ciencia ficción publicada en 1968.

Esta novela de Philip K. Dick, trata temas como el impreciso límite entre lo artificial y lo natural, la decadencia de la vida y la sociedad, y aborda diversos problemas éticos sobre los androides. 


Se la puede enmarcar en el subgénero del cyberpunk por sus ambientes y descripciones de un mundo oscuro y destruido donde la tecnología es omnipresente.



BLADE RUNNER

Blade Runner es una película de ciencia ficción estadounidense dirigida por Ridley Scott, estrenada en 1982.

Su guion está basado en la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?







La acción discurre en el 2019 en una sociedad distópica en la que las diferencias entre los seres humanos y los androides replicantes se van difuminando.
Solo es posible determinar si alguien es un androide aplicando el test Voight-Kampff.




A principios del siglo XXI, la poderosa Tyrell Corporation crea, gracias a los avances de la ingeniería genética, un robot llamado Nexus 6, un ser virtualmente idéntico al hombre pero superior a él en fuerza y agilidad, al que se le da el nombre de replicante. 

Estos robots trabajan como esclavos en las colonias exteriores de la Tierra. 

Después de la sangrienta rebelión de un equipo de Nexus 6, los replicantes son desterrados de la Tierra. 


Brigadas especiales de policía, los Blade Runners, tienen órdenes de matar a todos los replicantes que no hayan acatado la condena. 

Pero a esto no se le llamaba ejecución, se le llama "retiro".






Aunque en su estreno no obtuvo buenos resultados en taquilla actualmente Blade Runner se considera una película clásica de culto.







YO HE VISTO COSAS...
En Blade Runner, el nexus 6 Roy, interpretado por Rutger Hauer, perteneciente a la última y más perfecta generación de replicantes, programada por ello para una corta vida pronuncia las siguientes palabras antes de morir:


"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir."

Aquí puedes ver y escuchar este monólogo, uno de los más famosos de la historia del cine: 





CURIOSIDADES

¿QUÉ ES UNA DISTOPÍA?



Una distopía o antiutopía es una sociedad ficticia indeseable en sí misma.
En la sociedad futura vaticinada en Blade Runner, deshumanizada e inmersa en una crisis de valores, los replicantes son más humanos que los propios humanos.



¿QUÉ ES UN ANDROIDE?


Según el Diccionario Usual de la Real Academia Española:

androide.

(Del lat. mod. androides, y este del gr. ἀνήρ, ἀνδρός 'varón' y el lat. -oīdes '-oide').

1. m. Autómata de figura de hombre. 



¿QUÉ ES UN REPLICANTE?












Los replicantes o andrillos son seres artificiales o androides que imitan al ser humano en su aspecto físico y en su comportamiento, llegando a ser virtualmente indistinguibles.


Aparecen en la novela de Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, y en su adaptación al cine por Ridley Scott en la película Blade Runner.



El modelo Nexus 6,  son androides de última generación, externamente idénticos a los humanos, pero con algunas diferencias como por ejemplo que su vida operacional es de unos cuatro años y carecen de experiencia y de recuerdos de una vida humana normal.



¿ES DECKARD UN REPLICANTE? 



Una de las interpretaciones de Blade Runner de Ridley Scott es la posibilidad de que Deckard, el Blade Runner protagonista, sea él mismo un replicante o androide.

Quizás este vídeo te ayude a aclararlo:






¿QUÉ ES EL TEST DE VOIGHT-KAMPF?

En la película Blade Runner, el test Voight-Kampff, también llamado test de empatía, es un sistema científico ficticio para determinar si un ser es humano o replicante.

El test que ya aparece en la novela de Philip K. Dick requiere una máquina similar a un polígrafo y es un examen científico-psicológico al que algunos replicantes han aprendido ya a engañar.
En la actualidad existe una aplicación del test Voight-Kampff para iPhone, basado en el test de la película Blade Runner. 

¿QUÉ ES UNA OVEJA ELÉCTRICA?


Electric Sheep, la oveja eléctrica, es un salvapantallas gratuito, de código abierto y multiplataforma que se ejecuta a la vez en ordenadores de todo el mundo.

El proyecto Electric Sheep está dedicado a la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? 

Cuando tu computador se va a "dormir" y se activa el salvapantallas se empieza a generar una imágen abstracta de gran complejidad, llamada "oveja".


Todas las "ovejas" son compartidas por todos los ordenadores que están "durmiendo" y combinadas. 
Cualquier usuario puede votar por la que más les guste de modo que prevalezca sobre las otras en el "sueño".





















SAFO DE LESBOS, POEMA DE LOS DOS HERMANOS

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En los días de Safo por Godward

SAFO DE LESBOS
Safo de Lesbos, la actual Mitilene, está considerada una de las poetisas más importantes de la Antigua Grecia, pero pese a su fama, sólo ha sobrevivido uno de sus poemas completos y partes de otros cuatro.


No existen muchos datos biográficos sobre ella, y sólo se conocen algunos poemas y fragmentos extraídos de citas tardías por tradición indirecta y de papiros. 
La isla de Lesbos cuya capital es Mitilene

De hecho, prácticamente todo lo que sabemos de su vida lo deducimos de sus poemas. 

Safo pasó toda su vida en Lesbos, isla griega cercana a la costa de Asia Menor, con la excepción de un corto exilio en Siracusa la actual Sicilia en el año 593 a. C., motivado por las luchas aristocráticas en las que probablemente se encontraba comprometida su familia perteneciente a la oligarquía local.








Safo por Amanda Brewster Sewell,1896

Perteneció a una sociedad llamada Thiasos en donde se preparaba a las jóvenes para el matrimonio. 

Más adelante, forma la llamada Casa de las servidoras de las Musas. 
Allí sus discípulas aprendían a recitar poesía, a cantarla, a confeccionar coronas y colgantes de flores entre otras actividades. 

A partir de sus poemas se suele deducir que Safo se enamoraba de sus discípulas y mantenía relaciones con muchas de ellas. 
Todo esto ha convertido a la poetisa Safo en un símbolo del amor entre mujeres.















Safo y Alceo, Safo y sus compañeras escuchando a Alceo de Mitilene tocando la cítara 
en la isla de Lesbos por Alma Tadema, 1881

Hay una leyenda, surgida a partir de algún fragmento de la propia poetisa, que narra la historia de Faón, un hombre bello del que se enamoró la propia diosa Afrodita. 

Según el mito, Safo se suicidó desde la roca de Léucade, lanzándose al mar, cuando su amor por Faón no se vio correspondido.

Esta roca de la isla de Léucade era, al parecer, desde donde se lanzaban con frecuencia los enamorados para suicidarse. 

Muerte de Safo por Gustave Moreau

Otra versión afirma que Safo escribió este texto como metáfora de una decepción amorosa que tuvo con una de sus amadas. 

Su poesía sirvió de fuente de inspiración a poetas, como los latinos Catulo y Horacio.

Los temas más característicos de su obra son la naturaleza serena, la belleza de la mujer, el erotismo, las fiestas nupciales tratados con una gran sensibilidad y dulzura. 

El filósofo Platón decía que Safo debería ser honrada no solo como una gran poetisa lírica sino también como La décima Musa por su resonancia e importancia dentro del mundo de la poesía.



Safo inspirada por el Amor por Angelica Kauffmann




DESCUBIERTOS DOS POEMAS DE SAFO
La Universidad de Oxford se hace con dos poemas del siglo VII desconocidos, hasta ahora, de la poetisa griega Safo de Lesbos. 

Uno de ellos es una obra completa El poema de los hermanos que habla sobre sus dos hermanos Charaxos y Larichos y el otro, fragmentado, una Plegaria a Afrodita, cuenta un amor no correspondido.

Los poemas, conservados en papiros del siglo III, fueron descubiertos cuando un coleccionista privado de Londres se los entregó a Dirk Obbink, un experto en papiros y literatura griega en la Universidad de Oxford.

Dirk Obbinick  papirólogo en la Universidad de Oxford

Cuando parecía que no podría encontrarse nada nuevo sobre la misteriosa poetisa griega del siglo VII a. C, una serie de expertos han analizado dos nuevas obras hasta ahora desconocidas que arrojan luz sobre la técnica y el estilo literario de la poetisa Safo de Lesbos. 

Tal fue la sorpresa del papirólogo norteamericano y experto en estudios clásicos de Oxford, el doctor Dirk Obbink, cuando un coleccionista le entregó un fragmento de papiro con textos en griego para analizarlos.

A pesar de las pocas obras que se conocen de Safo de Lesbos, este gran descubrimiento ha resultado ser uno de los mejores conservados de los que hasta ahora conocemos, además de estar completo, salvo unas pocas palabras omitidas de fácil interpretación. 

Un hallazgo genuino, que ayuda a completar la desdibujada línea histórica y literaria de la poetisa de Lesbos, dando esperanza a los investigadores de encontrar nuevas obras en el futuro.

Papiro con textos de Safo

El doctor Albert Henrich, profesor en Harvard y compañero de Obbink, ha participado en el análisis del papiro que se publicará en una revista especializada y que cuenta con una versión online. “Lo nuevo de Safo te deja sin respiración”, ha comentado el profesor, admirado, “Es el papiro de Safo mejor conservado hasta la fecha [...] Su contenido es del mismo modo excitante”.

Lo más interesante del Poema de los hermanos son las alusiones que hace la poetisa a Charaxos y Larichos, según las fuentes griegas, hermanos de la poetisa, aunque como afirma Henrich este es un debate aún abierto. 

Según Herodoto, Charaxos era un comerciante y explorador que viajó a Egipto, donde compró la libertad de una esclava de la que se enamoró. 
Según relata, Safo se burló de su hermano a su regreso y tachó de pantomima de enamorados el acto de su hermano. 

Aunque en el poema no hay ninguna burla, la voz narradora, posiblemente la de Safo, alude al viaje de su hermano en un diálogo y sugiere recurrir a Hera para que reúna las fuerzas de los dioses en favor del éxito de la empresa de Charaxos. En las líneas finales del poema, Safo menciona al que podría ser su hermano pequeño, Larichos. 

A continuación del Poema de los dos hermanos, un segundo texto separado por una línea horizontal en el papiro se presenta como una Plegaria a Afrodita, tema recurrente en las escasas producciones de Safo con las que contamos. 
El poema, en forma de petición, recurre a la diosa del amor para solicitar ayuda en la búsqueda de un amante. 

Ambos poemas siguen una métrica semejante, muy propia del estilo de Safo, la estancia sáfica, que conserva su nombre en la actualidad. 

Están escritos en dialecto eólico, que se hablaba en las colonias griegas de Asia Menor y en la isla de Lesbos, a diferencia del Ático que se extendió en la península y terminó por convertirse en el sistema lingüístico estándar. 

Sin embargo, otro aspecto genuino del texto es que contiene anotaciones para orientar a los lectores no familiarizados con el dialecto de cómo deben pronunciarse las palabras. 

Obbink ha fechado el papiro en torno a los siglos II y III d. C, casi un milenio después del primer texto de la poetisa y es uno de los pocos ejemplos de literatura en eólico, ya que la estandarización del lenguaje hizo que muchos de estos dialectos cayeran en desuso. 

Es posible que el papiro provenga de Egipto, en concreto de la ciudad de Oxirrinco, donde se han encontrado cientos de pergaminos de papiro con escritos en eólico y demás variantes dialectales.










Capiteles corintios en las ruinas de Oxirrinco en Egipto

Sin duda, el descubrimiento resulta ser un acontecimiento de gran importancia para los historiadores y filólogos, que esperan próximos descubrimientos que permitan estudiar al personaje literario y su obra. 

No debemos subestimar el valor de las fuentes literarias antiguas, ni presuponer que todo está ya descubierto, y noticias de este tipo continúan recordándonoslo. 

No sólo los elementos del poema, sino también la métrica y el dialecto en el que los poemas están escritos, los vinculan con Safo. 
Sin embargo, el factor decisivo es una referencia a su hermano, Charaxos cuya existencia ha sido puesta en duda. 

A continuación puedes leer el Poema de los dos hermanos de Safo de Lesbos en una versión inglesa y en otra española:

POEM OF THE TWO BROTHERS

[ … ]

But you always chatter that Charaxus is coming,
His ship laden with cargo. That much, I reckon, only Zeus
Knows, and all the gods; but you, you should not
Think these thoughts,

Just send me along, and command me
To offer many prayers to Queen Hera
That Charaxus should arrive here, with
His ship intact,

And find us safe. For the rest,
Let us turn it all over to higher powers;
For periods of calm quickly follow after
Great squalls.

They whose fortune the king of Olympus wishes
Now to turn from trouble
to [ … ] are blessed
and lucky beyond compare.

As for us, if Larichus should [ … ] his head
And at some point become a man,
Then from full many a despair 
Would we be swiftly freed.
POEMA DE LOS DOS HERMANOS

[ … ]

Pero tú siempre charlas de que Charaxos viene, 
Su nave repleta con carga. Hasta ahí, creo, sólo Zeus 
sabe, y todos los dioses; pero tú, tú no debes 
tener esos pensamientos, 

Sólo tienes que enviarme a lo largo, y mandarme 
a ofrecer muchas oraciones a la Reina Hera 
para que Charaxos pueda llegar aquí, con 
su barco intacto, 

Y nos encuentre a salvo. Para el resto, 
volvámonos todos a los poderes superiores; 
Porque los períodos de calma siguen rápidamente después 
de las grandes borrascas. 

Aquellos cuya fortuna desea el Rey del Olimpo, 
al instante, pasan de los problemas 
a [...] y son bendecidos 
y afortunados más allá de comparación. 

En cuanto a nosotros, si Larichos debería [...] la cabeza 
Y en algún momento llegar a ser un hombre, 
Luego de más de una completa desesperación 
estaríamos rápidamente liberados. 


Información tomada de The Guardian y de Manuel Álvarez Esteban para RedHistoria

PABLO NERUDA, ME GUSTA CUANDO CALLAS PORQUE ESTÁS COMO AUSENTE

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PABLO NERUDA

Pablo Neruda es un poeta chileno galardonado con el Premio Nobel de Literatura y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Oxford.
Fue embajador en Francia, comprometido políticamente y miembro activo del Partido Comunista.


Es autor de Veinte poemas de amor y una canción desesperada,  Canto General y Cien sonetos de amor entre otros muchos libros de poesía. 
Escribió también una autobiografía a la que dio por título: Confieso que he vivido.







VEINTE POEMAS DE AMOR Y UNA CANCIÓN DESESPERADA


POEMA 15

ME GUSTA CUANDO CALLAS PORQUE ESTÁS COMO AUSENTE


Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.



Pablo Neruda
Veinte poemas de amor y una canción desesperada


Foto de Andy Murray

ÁLVARO DE CAMPOS, TABAQUERÍA

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TABAQUERÍA

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.

Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.

Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.

He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla. ¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas convicciones!
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más convincente o menos convincente?

No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos momentos genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol verdadero
ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo
y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrechado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.

(¡Come chocolatinas, pequeña,
come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las chocolatinas,
mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)

Pero por lo menos queda de la amargura de lo que nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.

(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno -no me imagino bien qué-,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar, que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo esto es extranjero, como todo.)

He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime.

Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.

Pero el propietario de la tabaquería ha asomado por la puerta y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra, y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.

Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido, humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia de encontrarse indispuesto.

Después me echo para atrás en la silla
y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.

El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(El propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós, Esteves!, y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza, y el propietario de la tabaquería se ha sonreído.



Álvaro de Campos
(Heterónimo de Fernando Pessoa)









JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, PLATERO Y YO

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JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
Juan Ramón Jiménez, poeta y profesor nacido en Moguer, un pueblo costero de la provincia andaluza de Huelva y fallecido en su exilio de Puerto Rico.



Ganador del Premio Nobel de Literatura en 1956, es el autor de Platero y yo, una narración lírica que recrea poéticamente la vida y muerte del burro Platero.




El pino de Fuentepiña donde se supone que está la tumba de Platero


PLATERO Y YO
Primera edición de Platero y yo
Platero y yoes el libro más publicado y leído en español después de La Biblia y El Quijote, y ha sido una lectura obligada en las escuelas de Hispanoamérica.

Platero y yo ha sido traducido a 48 idiomas, incluidos el esperanto y el braille.

Ejemplar facsímil de la primera edición de Platero y yo


La primera edición de la obra fue en 1914 y apenas contaba con 66 capítulos, un número que tres años más tarde fue incrementado hasta los 138, en la que se consideró la edición completa que sólo se vería ampliada en los años setenta con el capítulo "Platero y los gitanos".


El libro está formado por estampas de su pueblo en las que el poeta va retratando tanto las cosas hermosas del entorno moguereño como las injusticias o la pobreza e ignorancia de la gente, transformadas gracias a su escritura en momentos idílicos, y Moguer en el paraíso de su imaginación. 

















Vista de Moguer desde Fuentepiña


PARA LEER  PLATERO Y YO
Si te apetece conocer mejor esta famosa obra de Juan Ramón Jiménez, puedes leerla aquí haciendo click en su título: Platero y yo



EL CENTENARIO DE PLATERO Y YO
Para celebrar el centenario de la publicación de la obra de Juan Ramón Jiménez, Platero y yo, la localidad onubense de Moguer obsequiará a los visitantes que recorran los lugares más emblemáticos de lo que se ha llamado “La ruta de Platero” con un ejemplar de esta famosa obra.

Estatua de Platero en la Casa Museo de Zenobia y Juan Ramón Jiménez


PLATERO Y YO
CAPÍTULO PRIMERO 
PLATERO 

Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. 

Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: ¿Platero? y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal...

Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...

Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro como de piedra. Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:

-Tien' asero...

Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.

























LA ORTOGRAFÍA DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Juan Ramón Jiménez utiliza la transgresión ortográfica como recurso literario.
La peculiar ortografía que emplea el autor y el intento de reproducir los sonidos del andaluz elaboran una lengua personal y propia.

Juan Ramón quería simplificar la ortografía, estaba convencido de que la ortografía española era muy complicada, y por eso era partidario de escribir como se habla, es decir con naturalidad.



Lo hacía con la g/j, en palabras como “elejía”, “jente”, "intelijencia" o la "Jiralda" de Sevilla.

Con la x/s la simplificaba en términos como "esquisito".
Suprimía algunas haches por mudas, como la hache final en la exclamación "¡Oh!".
Evitaba el uso de la diéresis en palabras como "vergüenza".
También redujo algunas parejas de consonantes a una sola: "trasparencia" por "transparencia", o bien "setiembre" por "septiembre".

Los estudiosos de la obra de Juan Ramón creen que esta rebeldía ortográfica no era otra cosa que un recurso del vanguardismo artístico que le tocó vivir.

La semilla de sus ideas ha fructificado a lo largo del tiempo y otro Premio Nobel en español, el colombiano Gabriel García Márquez, durante el Primer Congreso de la Lengua Española, celebrado en México en 1997, hizo un llamamiento para jubilar la ortografía
en su famoso discurso Botella al mar para el dios de las palabras.



GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, BOTELLA AL MAR PARA EL DIOS DE LAS PALABRAS

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GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Gabriel José de la Concordia García Márquez, mejor conocido como Gabriel García Márquez, es un escritor, novelista, cuentista, guionista y periodista colombiano. 
En 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura.
Gabriel García Márquez es uno de los autores del Boom de la novela hispanoamericana y sus obras han sido relacionadas con el llamado Realismo mágico.
Su novela más conocida, Cien años de soledad, está considerada como una de las más representativas de esa tendencia literaria.


I CONGRESO INTERNACIONAL DE LA LENGUA ESPAÑOLA
La Secretaría de Educación Pública de México y el Instituto Cervantes de España organizaron en el año 1997 el I Congreso Internacional de la Lengua Española en la ciudad mexicana de Zacatecas.
A ese encuentro  asistieron, entre otros, los tres premios Nobel de Literatura de habla española que en aquel momento estaban vivos: Octavio Paz, Gabriel García Márquez y Camilo José Cela.
Las ponencias del congreso se articularon en torno a seis grandes áreas: "el libro", "la prensa", "la radio", "la televisión", "el cine" y "las nuevas tecnologías". 


García Márquez pronunció un polémico y famoso discurso de inauguración ante el I Congreso Internacional de la Lengua Española en  Zacatecas.
En este discurso, titulado Botella al mar para el dios de las palabras, García Márquez pide una revisión de la ortografía de la lengua española.
Aquí puedes leer el texto completo:

BOTELLA AL MAR PARA EL DIOS DE LAS PALABRAS


A mis 12 años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: «¡Cuidado!»



El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: «¿Ya vio lo que es el poder de la palabra?» Ese día lo supe. Ahora sabemos, además, que los mayas lo sabían desde los tiempos de Cristo, y con tanto rigor que tenían un dios especial para las palabras.


Nunca como hoy ha sido tan grande ese poder. La humanidad entrará en el tercer milenio bajo el imperio de las palabras. No es cierto que la imagen esté desplazándolas ni que pueda extinguirlas. Al contrario, está potenciándolas: nunca hubo en el mundo tantas palabras con tanto alcance, autoridad y albedrío como en la inmensa Babel de la vida actual. Palabras inventadas, maltratadas o sacralizadas por la prensa, por los libros desechables, por los carteles de publicidad; habladas y cantadas por la radio, la televisión, el cine, el teléfono, los altavoces públicos; gritadas a brocha gorda en las paredes de la calle o susurradas al oído en las penumbras del amor. No: el gran derrotado es el silencio. Las cosas tienen ahora tantos nombres en tantas lenguas que ya no es fácil saber cómo se llaman en ninguna. Los idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan y confunden, disparados hacia el destino ineluctable de un lenguaje global.

La lengua española tiene que prepararse para un oficio grande en ese porvenir sin fronteras. Es un derecho histórico. No por su prepotencia económica, como otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta experiencia cultural, su rapidez y su fuerza de expansión, en un ámbito propio de 19 millones de kilómetros cuadrados y 400 millones de hablantes al terminar este siglo. Con razón un maestro de letras hispánicas en Estados Unidos ha dicho que sus horas de clase se le van en servir de intérprete entre latinoamericanos de distintos países. Llama la atención que el verbo pasar tenga 54 significados, mientras en la República de Ecuador tienen 105 nombres para el órgano sexual masculino, y en cambio la palabra condoliente, que se explica por sí sola, y que tanta falta nos hace, aún no se ha inventado. A un joven periodista francés lo deslumbran los hallazgos poéticos que encuentra a cada paso en nuestra vida doméstica. Que un niño desvelado por el balido intermitente y triste de un cordero dijo: «Parece un faro». Que una vivandera de la Guajira colombiana rechazó un cocimiento de toronjil porque le supo a Viernes Santo. Que don Sebastián de Covarrubias, en su diccionario memorable, nos dejó escrito de su puño y letra que el amarillo es «la color» de los enamorados. ¿Cuántas veces no hemos probado nosotros mismos un café que sabe a ventana, un pan que sabe a rincón, una cerveza que sabe a beso?

Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempo no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo venturo como Pedro por su casa. En ese sentido me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros. Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas a las que tanto debemos lo mucho que tienen todavía para enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes de que se nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, los qués endémicos, el dequeísmo parasitario, y devuélvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en vez de cantemos, o el armonioso muéramos en vez del siniestro muramos. Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revólver con revolver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?

Son preguntas al azar, por supuesto, como botellas arrojadas a la mar con la esperanza de que le lleguen al dios de las palabras. A no ser que por estas osadías y desatinos, tanto él como todos nosotros terminemos por lamentar, con razón y derecho, que no me hubiera atropellado a tiempo aquella bicicleta providencial de mis 12 años.

Botella al mar para el dios de las palabras
Gabriel García Márquez

Discurso ante el I Congreso Internacional
de la Lengua Española en Zacatecas


ÁLVARO DE CAMPOS, TODAS LAS CARTAS DE AMOR SON RIDÍCULAS

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Fernando Pessoa heterónimo de Álvaro de Campos 
pintado por Bottelho



TODAS LAS CARTAS DE AMOR SON

Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.

También escribí en mis tiempos cartas de amor,
como las demás,
ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.

Pero, al final
sólo las criaturas que nunca han escrito
cartas de amor
son las que son
ridículas.

Quién volviera al tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.

La verdad es que hoy
mis recuerdos
de aquellas cartas de amor
son los que son
ridículos.

(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículos). 

Álvaro de Campos
(Heterónimo de Fernando Pessoa)




Carta del rey Enrique VIII a su amante Ana Bolena




FERNANDO PESSOA, EL ORTÓNIMO

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Si después de yo morir quisieran escribir mi biografía
no hay nada más sencillo.
Tiene sólo dos fechas
la de mi nacimiento y la de mi muerte.
Entre una y otra todos los días son míos.

(Fernando Pessoa/Alberto Caeiro; Poemas Inconjuntos; Escrito entre 1913-15;
Publicado en Atena nº 5, febrero de 1925.)



FERNANDO PESSOA

Fernando António Nogueira Pessoa nace en Lisboa el 13 de junio de 1888.

Fernando Pessoa, es uno de los mayores poetas y escritores de la lengua portuguesa y de la literatura europea.
Fotografía de Pessoa de niño en Sudáfrica

Perdió a su padre a los cinco años y su madre volvió a casarse con el cónsul portugués en Durban, Sudáfrica, donde Fernando se educó.



La lengua inglesa tuvo gran importancia en su vida, pues Pessoa traducía, trabajaba y pensaba en ese idioma.


La influencia que en él ejercieron autores como Nietzsche, Milton y Shakespeare, lo llevaron a traducir parte de sus obras y a producir los primeros poemas en idioma inglés.



Fotografía de Fernándo Pessoa en su juventud



Tuvo una vida discreta, centrada en el periodismo, la publicidad, el comercio y, principalmente, la literatura, en la que se desdobló en varias personalidades conocidas como heterónimos.


De día Pessoa se ganaba la vida como traductor. Por la noche escribía poesía y preferentemente de pie.



Muy poco se sabe de su vida personal, salvo que salía siempre hacia el mediodía, iba a un café, pedía alcohol y al terminar su bebida se marchaba. 

Mesa de Pessoa en el café Martinho da Arcada 
por RiCArdO JorGe FidALGo



Fernando Pessoa tuvo relaciones con el ocultismo, la astrología y el misticismo, especialmente con la masonería y los Rosacruces.




Crowley y Pessoa juegan al ajedrez en Lisboa, en  1930


El mago inglés Aleister Crowley y Pessoa entraron en correspondencia durante una larga temporada y tuvieron un encuentro en Lisboa. 
Junto con Crowley llegó a a Portugal la maga alemana Miss Jaeger, quien se carteó con el poeta utilizando un pseudónimo ocultista.



Pessoa tradujo algunos poemas de Crowley y le ayudó a fingir su suicido por despecho amoroso. Sin duda la conmoción y la sorpresa fueron grandes cuando Crowley apareció en una exposición de sus pinturas en Berlín semanas después de que Pessoa filtrara en los periódicos locales el rumor de que aquel se había arrojado al mar en un acantilado lisboeta conocido como Boca do Inferno, adornando el hecho con referencias ocultistas y supuestos símbolos trazados por Crowley conocido como la Gran Bestia.


Pero, ante todo, Fernando Pessoa fue un lector empedernido que abordó tempranamente a los autores más difíciles.

El sufrimiento lo acompañó siempre, tanto a un nivel existencial como material. 
En vida no tuvo nada, le falló la carrera, los amores, las relaciones sociales,  la  publicación de su obra...



Publicó un único libro Mensaje, un año antes de su muerte, en 1934. 
Bebió  y fumó en exceso y tenía, sobre todo, el vicio de no terminar nunca nada de lo que empezaba.



Fernando Pessoa  retratado por Manfredi


La figura enigmática en que se convirtió motiva gran parte de los estudios sobre su vida y su obra.

Murió el 30 de noviembre de 1935 por problemas hepáticos a los 47 años, en la misma ciudad en que naciera, dejando una descomunal obra inédita que todavía suscita análisis y controversias.


 Fernando Pessoa encuentra a don Sebastián en un ataúd sobre un burro enjaezado a la andaluza 
pintado por Pomar 1985





UN POEMA DE FERNANDO PESSOA



Autopsicografia

O poeta é um fingidor.
Finge tão completamente
Que chega a fingir que é dor
A dor que deveras sente.


E os que lêem o que escreve,
Na dor lida sentem bem,
Não as duas que ele teve,
Mas só a que eles não têm.

E assim nas calhas da roda
Gira, a entreter a razão,
Esse comboio de corda
Que se chama o coração.


Autopsicografía

El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que hasta finge que es dolor
el dolor que en verdad siente.

Y en el dolor que han leído,
a leer sus lectores vienen,
no los dos que él ha tenido
sino sólo el que no tienen.

Y así en la vía se mete,
distrayendo la razón,
y gira ese tren de juguete
que se llama el corazón.



Ensayo sobre Pessoa por Romeo Niram






SI QUIERES CONOCER MEJOR A PESSOA ESTE DOCUMENTAL TE PUEDE AYUDAR:










ESTOS ARTÍCULOS SOBRE PESSOA TE PUEDEN INTERESAR:



http://cultura.elpais.com/cultura/2012/02/09/actualidad/1328819381_957032.html





SI QUIERES HOJEAR EL ORIGINAL DE MENSAJE DE PESSOA, AQUÍ PUEDES HACERLO:

http://pur

































PABLO NERUDA, PUEDO ESCRIBIR LOS VERSOS MÁS TRISTES ESTA NOCHE

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Noche estrellada sobre el Ródano de Vincent Van Gogh


PABLO NERUDA

POEMA 20

PUEDO ESCRIBIR LOS VERSOS MÁS TRISTES ESTA NOCHE


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.



Pablo Neruda
Veinte poemas de amor y una canción desesperada























La noche estrellada de Vincent Van Gogh


FERNANDO PESSOA. LOS HETERÓNIMOS

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LOS HETERÓNIMOS
Los heterónimos, a diferencia de los pseudónimos son personalidades poéticas completas: identidades, que, en principio falsas, se vuelven verdaderas a través de su manifestación artística propia y diversa del autor original.

Pessoa no escribía "su" propia poesía, sino la poesía de diversos autores ficticios, diferentes en voz, estilo y modos. 

Publicó bajo varios  heterónimos.  
Los más importantes son Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, Bernardo Soares y Ricardo Reis.

Incluso publicó críticas contra sus propias obras firmadas por sus heterónimos.

El poeta portugués crea una obra heteronímica que viene a ser un juego teatral con voces-personajes líricos y con inquietudes existenciales a la vez, tan opuestas como complementarias. 
No sin razón se le ha llamado a Pessoa el poeta dramático o el poeta filósofo.

Los heterónimos que Fernando Pessoa creó son portugueses, ingleses y franceses; poetas, cuentistas y ensayistas; la mayoría hombres y entre los femeninos destaca la joven María José.

Pessoa fue todos y cada uno de ellos.





LOS HETERÓNIMOS MÁS DESTACADOS:

ALBERTO CAEIRO
Alberto Caeiro, un poeta sensualista y pagano, es el maestro de Pessoa  y de los demás heterónimos.















Nació en abril de 1889 en Lisboa, pero vivió la mayor parte de su vida en una quinta en el Ribatejo, donde conocería a Alvaro de Campos. 


Su educación se limitó a la instrucción primaria, lo que combina con su simplicidad y naturalidad que reclama para sí mismo. 



Rubio, de ojos azules, estatura media, un poco más bajo que Ricardo Reis, está dotado de una apariencia muy diferente al de los otros heterónimos. También es frágil, aunque no lo aparenta mucho, y murió, tempranamente, de tuberculosis, en 1915. 



El maestro es aquel de cuya biografía menos se ocupa Pessoa.
Su vida eran sus poemas, como dice Ricardo Reis: La vida de Caeiro no puede narrarse pues no hay en ella más que contar. Sus poemas son lo que hubo en su vida. En todo lo demás no hubo incidentes, ni hay historia.




ALVARO DE CAMPOS
Es un ingeniero homosexual de educación inglesa y origen portugués, pero siempre con la sensación de ser un extranjero en cualquier parte del mundo.


El futurista Alvaro de Campos es el autor de Tabaquería, acaso el poema más famoso en lengua portuguesa.

Otros poemas famosos son: 
Lisbon revisited
Al volante del Chevrolet por la carretera de Sintra
Todas las cartas de amor son ridículas
Poema en línea recta


BERNARDO SOARES
Bernardo Soares es el acongojado autor del Libro del Desasosiego, que actualmente muchos especialistas consideran la obra de su vida.

Bernardo Soares es considerado un semi-heterónimo por tener muchas semejanzas con Fernando Pessoa y no poseer una personalidad muy característica ni fecha de fallecimiento.


RICARDO REIS
Médico de profesión y monárquico, por eso, descontento con la situación política, marcha emigrado algunos años a Brasil, educado en un colegio de jesuitas, recibió, pués, una formación clásica y latinista.



Fernando Pessoa considera que este heterónimo fue el primero en revelársele aunque no haya sido el primero en iniciar su actividad literaria. 

Domina la forma de los poetas latinos y proclama la disciplima en la construcción poética.

Ricardo Reis es marcado por una profunda simplicidad de la concepción de la vida, por una inmensa serenidad en la aceptación de la relatividad de todas las cosas. 

Es el heterónimo que más se aproxima al creador.
No solo se parece a Pessoa en el aspecto físico: es moreno, de estatura media, anda medio encorvado, es magro y tiene apariencia de judío portugués... también se parece en la manera de ser y en la de pensar. 

Es adepto del sensacionalismo, que hereda del maestro Caeiro, pero lo aproxima al neoclasicismo.

Para Ricardo Reis las cosas deben ser sentidas, no sólo como son, también de modo que se integren en un cierto ideal de medida y reglas clásicas.

Su forma de expresión la va a buscar a los poetas latinos, de acuerdo a su formación, y afirma, por ejemplo, que debe haber, en el más pequeño poema de un poeta, cualquier cosa donde se note que existió Homero.

Es uno de los heterónimos que  no tiene fecha de fallecimiento.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago le dedica una de sus mejores novelas, El año de la muerte de Ricardo Reis.



MARÍA JOSÉ
Fernando Pessoa tiene también heterónimos femeninos, el más conocido es una joven tuberculosa de diecinueve años, María José que escribe una carta de declaración  de amor sin esperanzas.

La Carta de la jorobada para el cerrajero es una desgarrada, acida y a la vez tierna carta de amor de una joven enferma.



¿QUÉ SON LOS PREHETERÓNIMOS?
Ya en la infancia, el niño Fernando Pessoa era capaz de imaginar personajes que le rodeaban que algunos críticos llaman los preheterónimos.

El primero de ellos, Chevalier de Pas, fue inventado cuando el poeta tenía seis años.

A este le seguirían Alexander Search y su hermano Charles James Search, Charles Robert Annon y David Merrick.
Cuando el joven Fernando Pessoa regresa a Lisboa desde Sudáfrica, los llevará de vuelta con él como compañeros de viaje.





ILAN STAVANS, EL SPANGLISH Y LA RAE

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ILAN STAVANS
EL SPANGLISH Y LA RAE 

Luego de muchísimo tiempo de ignorar el spanglish (son incontables las ocasiones en que su líder máximo, Víctor García de la Concha, anunció públicamente que “no existe”), la Real Academia Española de la Lengua (RAE), desde su sede en Madrid, ha incluido la palabra spanglish en su diccionario. Como su principal defensor (no por nada me llaman The Cheech and Chong Professor of Spanglish at Amherst College), la inclusión debería llenarme de júbilo.



En efecto, estamos ante un momento histórico. La primera palabra americana que, de forma oficial, viajó de regreso a la Península Ibérica después del arribo de Colón en 1492 fue canoa, que Antonio de Nebrija insertó en la edición de 1496 de su Gramática de la lengua castellana. Canoa, pues, es testimonio que las colonias no son sumisas, que terminan reconfigurando las entrañas del imperio que las dominó. Aunque esta no es la primera vez que una palabra en spanglish entra en el diccionario de la RAE, sí es la más significativa: ahora que García de la Concha felizmente ha sido reubicado por el gobierno español (tiene a su mando la dirección del evangelizador Instituto Cervantes), la Academia se ha animado a reconocer lo que el resto de nosotros ya sabía: que el spanglish es una realidad, necia e incómoda para algunos, pero realidad al fin y al cabo.


¿No es el español americano una deformación del español peninsular? Sí, pero describirlo así es negar su autenticidad. A más de quinientos años de la conquista de América, la ecuación se ha invertido, al menos si usamos el ámbito demográfico como fuerza censora. Somos más de cuatrocientos millones de hispanoparlantes en este continente. Las posibilidades del español entre nosotros son múltiples. El número de habitantes de España no llega a los cincuenta millones. ¿Quién está al mando? La lengua es de quien la usa, no de quien la legisla.Sin embargo, no es alegría lo que siento sino frustración. Desafortunadamente, la definición que la RAE decidió insertar en su diccionario es ridícula: “Modalidad del habla de algunos grupos hispanos de los Estados Unidos, en la que se mezclan, deformándolos, elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés.” ¿Deformándolos? ¿En qué siglo vive la Academia? ¿El dieciocho, cuando se fundó; el veintiuno, en el que vivimos? A estas alturas del conocimiento lingüístico, describir el contacto dinámico entre dos lenguas como una deformación es rechazar la base misma del desarrollo verbal. Toda lengua viva está en constante movimiento. Ese movimiento implica la reinvención constante de estrategias. Únicamente las lenguas muertas pueden ser consideradas puras porque la pureza no existe en los códigos que se actualizan a diario para estar al día en términos tecnológicos, científicos, de publicidad y cultura.

Algo similar ocurre con el spanglish. En vez de ser una deformación, su textura es evidencia del surgimiento de una nueva manera de concebir al universo. Es cierto que esa concepción deviene del inglés y el español pero la mezcolanza, la yuxtaposición no es ni de uno ni de otro. Tampoco es una deformación sino, más bien, una posibilidad nueva. El mismo español, en la época de Gonzalo de Berceo, en el sigloXIII, era un menjunje que conllevó a la gestación de lo que hoy es la tercera lengua más importante del mundo (después del mandarín y el inglés). La palabra “deformación” sigue denunciando una actitud colonialista. Ya es hora de que España se libre de sus propios fantasmas. 

Sí, el spanglish, como realidad, merece ser registrada en el diccionario de la RAE. No, este vehículo de comunicación –útil, hermoso y duradero– no es un monstruo.


Ilan Stavans 
El spanglish y la RAE
Texto tomado de La Jornada Semanal
Domingo 23 de septiembre de 2012 Num: 916




EL SPANGLISH
TEXTOS COMPLEMENTARIOS




ATRÉVETE, TE, TE, TE  Calle 13

Atrévete, te, te, te
Salte del closet,
destápate, quítate el esmalte
Deja de taparte que nadie va a retratarte
Levántate, ponte hyper
Préndete, sácale chispas al estárter
Préndete en fuego como un lighter
Sacúdete el sudor como si fueras un wiper
Que tú eres callejera, "Street Fighter"

Cambia esa cara de seria
Esa cara de intelectual, de enciclopedia
Que te voy a inyectar con la bacteria
Pa' que des vuelta como machina de feria
Señorita intelectual, ya se que tienes
El área abdominal que va a explotar
Como fiesta patronal, que va a explotar
Como palestino...
Yo se que a ti te gusta el pop-rock latino
Pero es que el reggaeton se te mete por los intestinos
Por debajo de la falda como un submarino
Y te saca lo de indio taino
Ya tu sabes, en tapa-rabo, mamá
En el nombre de Agüeybana
No hay más na', para na' que yo te vo'a mentir
Yo se que yo también quiero consumir de tu perejil
Y tú viniste amazónica como Brasil
Tú viniste a matarla como "Kill Bill"
Tú viniste a beber cerveza de barril
Tú sabes que conmigo tú tienes refill

Atrévete, te, te, te
Salte del closet,
destápate, quítate el esmalte
Deja de taparte que nadie va a retratarte
Levántate, ponte hyper
Préndete, sácale chispas al estárter
Préndete en fuego como un lighter
Sacúdete el sudor como si fueras un wiper
Que tú eres callejera, "Street Fighter"

Hello, deja el show
Súbete la mini-falda
Hasta la espalda
Súbetela, deja el show, más alta
Que ahora vamo'a bailar por to'a la jarda
Mira, nena, ¿quieres un sipi?
No importa si eres rapera o eres hippie
Si eres de Bayamón o de Guaynabo City
Conmigo no te pongas picky
Esto es hasta abajo, cógele el tricky
Esto es fácil, estoy es un mamey
¿Qué importa si te gusta Green Day?
¿Qué importa si te gusta Coldplay?
Esto es directo, sin parar, one-way
Yo te lo juro de que por ley
Aquí to'a las boricuas saben karate
Ellas cocinan con salsa de tomate
Mojan el arroz con un poco de aguacate
Pa' cosechar nalgas de 14 quilates

Atrévete, te, te, te
Salte del closet,
destápate, quítate el esmalte
Deja de taparte que nadie va a retratarte
Levántate, ponte hyper
Préndete, sácale chispas al estárter
Préndete en fuego como un lighter
Sacúdete el sudor como si fueras un wiper
Que tú eres callejera, "Street Fighter"

Atrévete, te, te, te
Salte del closet,
destápate, quítate el esmalte
Deja de taparte que nadie va a retratarte
Levántate, ponte hyper
Préndete, sácale chispas al estárter
Préndete en fuego como un lighter
Sacúdete el sudor como si fueras un wiper
Que tú eres callejera, "Street Fighter"





SI TE INTERESA EL SPANGLISH, LEE ESTE ARTÍCULO:

http://blogs.elpais.com/usa-espanol/2010/07/spanglish-es-cosa-de-bilingues.html

EL SPANGLISH EN LA PUBLICIDAD

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HUMOR EN SPANGLISH







ALBERTO CAEIRO, EN MI PLATO, ¡QUÉ MEZCLA DE NATURALEZA!

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EN MI PLATO, ¡QUÉ MEZCLA DE NATURALEZA!

En mi plato, ¡qué mezcla de naturaleza!
Mis hermanas las plantas,
las compañeras de las fuentes, las santas
A las que nadie reza...


Y las cortan y van a nuestra mesa
y, en las fondas, los huéspedes ruidosos,
que llegan con mantas atadas con correas,
piden «Ensalada», despreocupados...
Sin pensar que exigen a la Tierra Madre,
su frescura y sus hijos primeros,
las primeras verdes palabras que tiene,
las primeras cosas vivas e irisadas
que Noé vio
cuando las aguas bajaron y las cimas de los montes
verdes y chorreantes surgieron
y en el aire por el que apareció la paloma
El arco iris se esfumó...




Alberto Caeiro
(Heterónimo de Fernando Pessoa)























SAMUEL ARMAS, ART MADRID'14

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SAMUEL ARMAS CON CERVANTES6 ESPACIO DE ARTE, EN ART MADRID'14
El joven pintor avilesino, Samuel Armas, participa en Art Madrid, con la Galería Cervantes6, presentando seis nuevas obras originales.

La galería Cervantes6 Espacio de Arte nace en Oviedo en 2007 con la intención de mostrar y promocionar, mediante exposiciones individuales o colectivas, las obras de grandes maestros del arte y de jóvenes valores emergentes.

En mayo de 2013 Cervantes6 inaugura “c6 tendencias”, un espacio virtual en el que confluyen artistas emergentes y consagrados con diferentes disciplinas artísticas: fotografía, grabado, escultura, video-arte, pintura... para promocionar a los artistas más allá de nuestras fronteras y facilitar al público y coleccionistas la adquisición de obra.

En Art Madrid'14, Cervantes6 participa con la obra de Luis Repiso, Álvaro Reja, Mersad Berber, Fernando Suárez Reguera, Marta Petite, Irene Cruz, Lolo Serantes, Diego Benítez, Samuel Armas y Laura Medina.

Más información en: http://www.cervantes6.es/





¿QUÉ ES ART MADRID'2014?

Art Madrid'14 es una feria de arte contemporáneo que tiene lugar en Madrid del 19 al 23 de febrero de 2014.
La Galería de Cristal del Palacio de Cibeles es el escenario de esta 9º edición de Art Madrid.

El Palacio de Cibeles se encuentra en el eje principal del Paseo del Arte de Madrid, junto al Museo del Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

La nueva sede con sus 2.800 m2 acoge a 43 galerías de arte contemporáneo, arte emergente y vanguardias históricas que se repartirán entre el Programa General y One Project. 
El programa de Nuevos Coleccionistas selecciona, entre otras actividades, piezas de precios asequibles que están señalizadas con un distintivo.

En esta edición de Art Madrid, las redes sociales juegan un papel fundamental gracias a los blogueros y a las acciones 2.0 que proporcionan una nueva dimensión a la relación del público con el arte.

¿DÓNDE ES ART MADRID'14?




En Madrid, en la Galería de Cristal de CentroCentro Cibeles
C/ Montalbán 1, junto a Plaza de Cibeles


FECHAS


Art Madrid'14 

del 19 al 23 de febrero de 2014 

HORARIOS
Miércoles 19 de febrero de 11:00 a 21:00 
Jueves     20 de febrero de 11:00 a 21:00 
Viernes    21 de febrero de 11:00 a 20:00 
Sábado    22 de febrero de 11:00 a 22:00 
Domingo  23 de febrero de 11:00 a 20:00






















ÁLVARO DE CAMPOS, TABAQUERÍA

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TABAQUERÍA

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.

Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.

Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.

He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla. ¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas convicciones!
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más convincente o menos convincente?

No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos momentos genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol verdadero
ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo
y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrechado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.

(¡Come chocolatinas, pequeña,
come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las chocolatinas,
mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)

Pero por lo menos queda de la amargura de lo que nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.

(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno -no me imagino bien qué-,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar, que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo esto es extranjero, como todo.)

He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime.

Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.

Pero el propietario de la tabaquería ha asomado por la puerta y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra, y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.

Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido, humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia de encontrarse indispuesto.

Después me echo para atrás en la silla
y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.

El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(El propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós, Esteves!, y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza, y el propietario de la tabaquería se ha sonreído.


Álvaro de Campos
(Heterónimo de Fernando Pessoa)






















CLARICE LISPECTOR, RESTOS DE CARNAVAL

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CLARICE LISPECTOR

Clarice Lispector es una famosa escritora brasileña aunque nacida en una aldea de Ucrania. 
Está considerada una de las escritoras más importantes del siglo XX.

Cuando Clarice era un bebé su familia huyendo de los progroms rusos se trasladó desde Ucrania a Recife en Brasil.
Más tarde estudió Derecho en Río de Janeiro y ella misma se declaraba brasileña.
Residió en Milán, Londres, París y Berna por la profesión de diplomático de su marido.
De vuelta en Brasil colaboró como periodista y escritora en las revistas Senhor y Comicio y en el Diário da  Noite y en el Correio da Manhâ.
Residió con su marido durante ocho años en Washington DC, posteriormente se separó y regresó a Brasil y continuó escribiendo.

Judía de origen, su obra está empapada en la tradición hebraica por influjo familiar.
Fue una precursora que utilizó el flujo de conciencia en sus primeros escritos mucho antes de haber leído a Wolf y Joyce.

RESTOS DE CARNAVAL

No, no del último carnaval. Pero éste, no sé por qué, me transportó a mi infancia y a los miércoles de ceniza en las calles muertas donde revoloteaban despojos de serpentinas y confeti. Una que otra beata, con la cabeza cubierta por un velo, iba a la iglesia, atravesando la calle tan extremadamente vacía que sigue al carnaval. Hasta que llegase el próximo año. Y cuando se acercaba la fiesta, ¿cómo explicar la agitación íntima que me invadía? Como si al fin el mundo, de retoño que era, se abriese en gran rosa escarlata. Como si las calles y las plazas de Recife explicasen al fin para qué las habían construido. Como si voces humanas cantasen finalmente la capacidad de placer que se mantenía secreta en mí. El carnaval era mío, mío.


En la realidad, sin embargo, yo poco participaba. Nunca había ido a un baile infantil, nunca me habían disfrazado. En compensación me dejaban quedar hasta las once de la noche en la puerta, al pie de la escalera del departamento de dos pisos, donde vivíamos, mirando ávidamente cómo se divertían los demás. Dos cosas preciosas conseguía yo entonces, y las economizaba con avaricia para que me durasen los tres días: un atomizador de perfume, y una bolsa de confeti. Ah, se está poniendo difícil escribir. Porque siento cómo se me va a ensombrecer el corazón al constatar que, aun incorporándome tan poco a la alegría, tan sedienta estaba yo que en un abrir y cerrar de ojos me transformaba en una niña feliz.


¿Y las máscaras? Tenía miedo, pero era un miedo vital y necesario porque coincidía con la sospecha más profunda de que también el rostro humano era una especie de máscara. Si un enmascarado hablaba conmigo en la puerta al pie de la escalera, de pronto yo entraba en contacto indispensable con mi mundo interior, que no estaba hecho sólo de duendes y príncipes encantados, sino de personas con su propio misterio. Hasta el susto que me daban los enmascarados era, pues, esencial para mí.

No me disfrazaban: en medio de las preocupaciones por la enfermedad de mi madre, a nadie en la casa se le pasaba por la cabeza el carnaval de la pequeña. Pero yo le pedía a una de mis hermanas que me rizara esos cabellos lacios que tanto disgusto me causaban, y al menos durante tres días al año podía jactarme de tener cabellos rizados. En esos tres días, además, mi hermana complacía mi intenso sueño de ser muchacha -yo apenas podía con las ganas de salir de una infancia vulnerable- y me pintaba la boca con pintalabios muy fuerte pasándome el colorete también por las mejillas. Entonces me sentía bonita y femenina, escapaba de la niñez.

Pero hubo un carnaval diferente a los otros. Tan milagroso que yo no lograba creer que me fuese dado tanto; yo, que ya había aprendido a pedir poco. Ocurrió que la madre de una amiga mía había resuelto disfrazar a la hija, y en el figurín el nombre del disfraz era Rosa. Por lo tanto, había comprado hojas y hojas de papel crepé de color rosa, con las cuales, supongo, pretendía imitar los pétalos de una flor. Boquiabierta, yo veía cómo el disfraz iba cobrando forma y creándose poco a poco. Aunque el papel crepé no se pareciese ni de lejos a los pétalos, yo pensaba seriamente que era uno de los disfraces más bonitos que había visto jamás.

Fue entonces cuando, por simple casualidad, sucedió lo inesperado: sobró papel crepé, y mucho. Y la mamá de mi amiga -respondiendo tal vez a mi muda llamada, a mi muda envidia desesperada, o por pura bondad, ya que sobraba papel- decidió hacer para mí también un disfraz de rosa con el material sobrante. Aquel carnaval, pues, yo iba a conseguir por primera vez en la vida lo que siempre había querido: iba a ser otra aunque no yo misma.

Ya los preparativos me atontaban de felicidad. Nunca me había sentido tan ocupada: minuciosamente calculábamos todo con mi amiga, debajo del disfraz nos pondríamos un fondo de manera que, si llovía y el disfraz llegaba a derretirse, por lo menos quedaríamos vestidas hasta cierto punto. (Ante la sola idea de que una lluvia repentina nos dejase, con nuestros pudores femeninos de ocho años, con el fondo en plena calle, nos moríamos de vergüenza; pero no: ¡Dios iba a ayudarnos! ¡No llovería!) En cuanto a que mi disfraz sólo existiera gracias a las sobras de otro, tragué con algún dolor mi orgullo, que siempre había sido feroz, y acepté humildemente lo que el destino me daba de limosna.

¿Pero por qué justamente aquel carnaval, el único de disfraz, tuvo que ser melancólico? El domingo me pusieron los tubos en el pelo por la mañana temprano para que en la tarde los rizos estuvieran firmes. Pero tal era la ansiedad que los minutos no pasaban. ¡Al fin, al fin! Dieron las tres de la tarde: con cuidado, para no rasgar el papel, me vestí de rosa.

Muchas cosas peores que me pasaron ya las he perdonado. Ésta, sin embargo, no puedo entenderla ni siquiera hoy: ¿es irracional el juego de dados de un destino? Es despiadado. Cuando ya estaba vestida de papel crepé todo armado, todavía con los tubos puestos y sin pintalabios ni colorete, de pronto la salud de mi madre empeoró mucho, en casa se produjo un alboroto repentino y me mandaron en seguida a comprar una medicina a la farmacia. Yo fui corriendo vestida de rosa -pero el rostro no llevaba aún la máscara de muchacha que debía cubrir la expuesta vida infantil-, fui corriendo, corriendo, perpleja, atónita, ente serpentinas, confeti y gritos de carnaval. La alegría de los otros me sorprendía.

Cuando horas después en casa se calmó la atmósfera, mi hermana me pintó y me peinó. Pero algo había muerto en mí. Y, como en las historias que había leído, donde las hadas encantaban y desencantaban a las personas, a mí me habían desencantado: ya no era una rosa, había vuelto a ser una simple niña. Bajé la calle; de pie allí no era ya una flor sino un pensativo payaso de labios encarnados. A veces, en mi hambre de sentir el éxtasis, empezaba a ponerme alegre, pero con remordimiento me acordaba del grave estado de mi madre y volvía a morirme.

Sólo horas después llegó la salvación. Y si me apresuré a aferrarme a ella fue por lo mucho que necesitaba salvarme. Un chico de doce años, que para mí ya era un muchacho, ese chico muy guapo se paró frente a mí y con una mezcla de cariño, grosería, broma y sensualidad me cubrió el pelo, ya lacio, de confeti: por un instante permanecimos enfrentados, sonriendo, sin hablar. Y entonces yo, mujercita de ocho años, consideré durante el resto de la noche que al fin alguien me había reconocido; era, sí, una rosa.






LAURA PÉREZ VERNETTI, PESSOA & CIA

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LAURA PÉREZ VERNETTI
Dibujante de historietas e ilustradora española, nacida en Barcelona en 1958.

Empezó a publicar en 1981 en la revista El Víbora.

Su obra trata preferentemente los temas de la literatura adaptada a la historieta, el cópmic experimental, el cómic erótico y los asuntos sociales y políticos.
Luces de Gálibo publicó en 2011 su libro Pessoa & cia.
Recientemente ha hecho las ilustraciones para La huelga generalde Jack London.




Laura Pérez Vernetti, dibujante de cómics e ilustradora, que ha adaptado al cómic relatos de Kafka y Maupassant, entre otros, ha publicado la novela gráfica Pessoa & Cia (Luces de Gálibo, Gorbs Ed.).






Vernetti, una de las grandes del cómic, mezcla poesía y cómic para analizar las personalidades de Pessoa.



PESSOA EN EL CÓMIC
Además del trabajo de Vernetti, la figura del autor portugués Fernando Pessoa ha merecido la atención de otros dibujantes.



En el cómic La Residencia de los Dioses de Astérix y Obélix, con guion de Goscinny e ilustraciones de Uderzo, hay un esclavo de origen lusitano que recita poesía como un claro homenaje a Pessoa.



Vemos a continuación como ejemplo la interpretación de peculiar un encuentro entre Pessoa y Camoens que hace un dibujante portugués de Barreiro que firma en deviantART con el nombre tomado de uno de los heterónimos de Fernando Pessoa: RicardoReis.





EDGAR ALLAN POE, EL CUERVO

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EDGAR ALLAN POE
Edgar Allan Poe es un poeta, narrador y crítico literario estadounidense perteneciente al Romanticismo.



Su famoso poema El cuervo se publicó originalmente en 1845, y que ha pervivido en el tiempo como uno de sus mejores textos.



El poema recrea un ambiente que condensa a la perfección los temas recurrentes en la literatura de Poe: la amada muerta, la noche, la locura, lo siniestro y los ambientes opresivos.

Un cuervo entra en la habitación de un joven que estudia melancólico y solitario en una fría noche de diciembre y posándose sobre un busto de la diosa Palas repite ¡Nunca jamás! a las preguntas que le formula el joven, que espera que el ave aclare sus inquietudes.



Inspirado para su creación, entre otros, por Charles Dickens, este poema ha influido a su vez en cientos de artistas, dando lugar a multitud de obras.
Como ejemplos,  The Raven de Lou Reed, el cómic de James O’Barr, The Crow, o las numerosas adaptaciones cinematográficas de la obra. 
Entre las que podemos citar los trabajos de interpretación de actores como Vincent Price, los recitados de Christopher Lee o Christopher Walken o el corto Vincent hecho por Tim Burton en homenaje a la obra de Poe.
También el Realismo mágico de Cortázar y las obras de Borges beben directamente de Poe, así como lo hace Lovecraft en la creación de su singular universo.



EL CUERVO


Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
se oyó de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”




¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.





Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
me llenaba de fantásticos terrores
jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”



Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón
imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.”
Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.


Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.


Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!


De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.


Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,
no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”


Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”




Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como vertiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
“Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”


Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de ‘Nunca, nunca más’.”


Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir granzando: “Nunca más.”




En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!


Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”


“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”


“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”




“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”




Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!





THE RAVEN




Gustave Doré realizó una serie de maravillosos grabados para el poema de Poe. 

Si quieres consultar el texto original de The Raven en inglés con todas las ilustraciones en grabados originales de Gustave Doré o escucharlo recitado por Christophen Walken, puedes hacerlo en el siguiente enlace:

The Raven de Edgar Allan Poe ilustrado por Gustave Doré




O también puedes escuchar El cuervo en este vídeo recitado por el actor Sir Christopher Lee:













EL CUADERNO 54

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EL CUADERNO

El Cuaderno es a partir de ahora es el suplemeto mensual de Cultura del diario digital asturias24.



En este número 54 de El Cuaderno se analizan las posibilidades y límites de la creación asistida por ordenador.


Por necesidades de producción y para garantizar la continuidad de este proyecto, desde este número 54, la edición en papel tendrá un precio de 3 euros a partir de este mes de marzo.

EL CUADERNO 54


¿Pueden remedar las máquinas los procesos y los resultados de la creatividad humana? Con esa pregunta y una sugestiva e ingeniosa fotografía de García de Marina se abre el número 54 de El Cuaderno
Junto al dossier Máquinas de la creación, teoría y alguna práctica de la cibercreación literaria y musical, el número viene muy surtidito y equilibrado. 
En narrativa, los editores José Luis Amores  de la editorial Pálido Fuego y Ana S. Pareja  de Alpha Decay hablan sobre la aventura de embarcarse en la coedición del best-seller de culto La casa de hojas, de Mark R. Danielewski, a cuyos aspectos audiovisuales se aproxima también Mercedes Díaz Villarías.
Y más narradores: Jorge Ordaz con Diabolicón, Clarice Lispector y La pasión según GH, Mario Bellatin y sus Obras reunidas, Shen Congwen La ciudad fronteriza, el inmarchitable Orwell…



En poesía, abre con Jordi Doce, poeta y excelente conocedor de la poesía contemporánea y la recopilación de sus lúcidos artículos sobre poesía hispánica en Las formas disconformes


Las formas disconformes, Jordi Doce



Entre otros, reseñas de José Luis Argüelles Las erosiones, A. R. Ammons, Basura y otros poemas, y Ave Soul, de Jorge Pimentel… junto a inéditos del mexicano Antonio Flores Schroeder.



Además, la adaptación al cómic de la Vida y opiniones de Tristram Shandy, caballero por la editorial Impedimenta, el flamenco revolucionario de la bailaora María Pagés, el incombustible bluesman John Mayall, la aventura de Mapa, la película-diario de Elías León Siminiani… 


Y el arte visual de García de Marina, Fernando García-Vela, Vika, Alejandro Nafría… 






NUEVA DISTRIBUCIÓN Y PRECIO
El Cuaderno es a partir de ahora es el mensual de Cultura de asturias24.

Ya en digital y en unos días, en papel, al precio de 3 euros. 

El Cuaderno, por necesidades de producción y para garantizar la continuidad del proyecto, tendrá un precio mensual de 3 euros a partir del presente número 54.




Una de las fotografías de García de Marina incluidas en El Cuaderno 54



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